Sí, claro que las hay. Tanto buenas como necesarias. Por ejemplo, el colesterol, que es para muchos el enemigo público número 1, se emplea para dar rigidez a las membranas de las células y que no sean demasiado fluidas, para sintetizar hormonas y para las sales biliares que utilizamos para digerir las grasas. Así que ya ves que hay muchas funciones para las que las grasas son necesarias.
Comentarios